SAN BARTOLOMÉ, TRIO. AGUILAR DE CODÉS. NAVARRA.
SAN BARTOLOMÉ. AGUILAR DE CODÉS. NAVARRA.
Una visita obligada. Preciosa ermita. Abierta permanentemente. Un cerrojo cierra la puerta. Importante echarlo cuando terminéis. Un pradito en la cara norte con una mesa de madera y dos bancos corridos para que prepares tu picnic medieval.
No exagero si te digo que tiene el mejor crismón de Navarra, a pesar de las cagarrutas de las palomas. Afortunadamente han puesto una red que, permitiendo la admiración, lo protege de enteritis aviares. La portada es “muy” sencilla...o ¿no? Tú tendrás que descubrir las cosas que oculta y que, paradójicamente, están a la vista. Siempre te quedará la red global para encontrar interpretaciones.
El entorno es fantástico y plantea muchas preguntas. Habrá personas escépticas que dirán -“Bah, unas piedras encima de otras”- Pero a ti, sí a ti, te estoy viendo con el run run de ¿Qué pasaba aquí en los siglos XII, XIII y en adelante?
Visita obligada cuando andes por la zona. “Accesible en coche”, los últimos trescientos o cuatrocientos metros por una pista forestal ascendente en buen estado. Si tienes mucho aprecio al automóvil sube dándote un paseo. Si vas a llevar a alguna persona con movilidad reducida tienes que acercarla en el coche.
Como inspiración para el relato de hoy he seleccionado una recopilación de música instrumental de origen medieval.
https://www.youtube.com/watch?v=-XNbkSa6J3o
REVELACIONES
El camino de vuelta del condado de Foix se hacía pesado, con jornadas largas a caballo; bueno para reflexiones y charlas, a veces profundas, a veces banales. Stevania, cada vez que se le acercaba Ochoa, sometía a su montura a un galope suave para alejarse de él. El día, soleado y cálido, invitaba a cenar y dormir al raso en un bosquecillo de encinas. Al clérigo le faltó el tiempo para buscar un lugar al lado de la moza.
-¡Qué pesado eres frailongo! ¿No te das cuenta que ando todo el día huyendo de ti?
-Bueno...sí...ya me he dado cuenta. Entiendo que tengas problemas para asimilar lo que pasó en la cueva.
-Y...¿se puede saber qué pasó?
-Cuéntamelo tú, Estevania.
-¿Te refieres a que dudaste de tus creencias? Creíste que eras Sugaar y te rendiste a la adoración de tu señora Mari.
-No, no, no, Estevania. Yo me rendí a tus encantos. En ningún momento pensé que era ese tal Sugaar.
-Perdiste totalmente el control de ti mismo. No sabías dónde estabas, clamabas a gritos tus nuevas creencias. No solo fuiste Sugaar sino que, en un momento de la fiesta, pusiste el culo al aire diciendo que eras Akerbeltz y que todas las brujas presentes tenían que adorarte.
-Estoy empezando a preocuparme, Estevania. Mis recuerdos no son esos. Tuve un agradable encuentro contigo, un abrazo amoroso. La música de colores nos envolvía, algo me ataba a ti y no pude resistir. Mi conciencia me decía -no lo hagas- y la otra conciencia, la amplia, me contaba que el universo es amor y que el amor, de cualquier tipo, no puede ser un pecado.
-Estoy de acuerdo contigo en esas reflexiones pero, insisto, no estuviste conmigo.
-Entonces...¿con quién estuve? Tengo que saberlo.
-En esas fiestas hay mucho revuelo, muchas relaciones sin preguntas. Emparejamientos sin problemas. Nadie nos preguntamos con quién, cómo ni dónde hemos estado.
-Yo sí. Tengo que saber con quien he estado, qué he hecho y reflexionar sobre mi situación. ¿Sigo siendo clérigo? ¿Estoy con Dios? ¿Adoro a Mari?
-Mira pesado, te vas a arrepentir de esto. No estuviste conmigo, no estuviste con ninguna de las mujeres de mi círculo, y mira que las había bien guapas. Estuviste con la Sarmientos, melón.
-Puagggggg...no me digas eso.
-Toda la noche, frailongo, tooooda la noche.
-¡Qué asco!
-No decías eso cuando la llamabas Estevania- la moza no pudo reprimir una carcajada que despertó a los que ya empezaban a conciliar el sueño.
-Quiero intentarlo de nuevo. Quiero entender lo que está pasando. ¿Cuándo es la próxima fiesta?
-La siguiente luna llena, en Aguilar de Codés, en un prado próximo a la ermita de San Bartolomé.
-¿Me avisarás?
-Ya veremos.